La vejez y la alimentación.
En ocasiones, cuando las personas envejecen, es más complicado cuidar la alimentación. Hay varios factores que influyen en el cuidado de la misma. Entre ellos te mostramos los siguientes:
Hogar: hay personas que de repente comienzan a vivir solas y el mundo se les viene encima a la hora de cuidarse.
Salud: hay personas que tienen problemas de salud o movilidad, que repercuten en la cocina y la alimentación. También pueden disminuir los sentidos del gusto y el olfato, o incluso hay quienes tienen problemas para masticar o tragar la comida.
Medicamentos: los fármacos pueden influir en cómo percibimos el sabor de la comida o incluso pueden reducir sus ganas de comer. En esos casos, hay que consultarlo con un médico.
Ingresos: hay personas mayores que no tienen recursos suficientes para la alimentación variada.
Por ello, desde el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento lanzan una serie de consejos para mantenerse saludable aún siendo mayor:
Es importante comer alimentos que proporcionan nutrientes sin demasiadas calorías extra, como frutas, vegetales, granos integrales, lácteos desnatados, pescados, mariscos, carnes magras, aves, huevos, legumbres, nueces y semillas.
Hay que evitar las calorías vacías o huecas, que hacen referencia a alimentos con muchas calorías, pero pocos nutrientes, como patatas fritas, bollería, bebidas azucaradas o alcohol.
Optar por alimentos bajos en colesterol y grasas, evitando especialmente los que contienen grasas saturadas y trans, que las encontramos en los productos horneados que se venden en tiendas o alimentos fritos en restaurantes de comida rápida, entre otros.
Beber abundantes líquidos para no quedar deshidratados, ya que, por lo general, las personas mayores beben menos.
Además de estos hábitos nutricionales, para mantener un estado físico y una salud óptimos, es importante practicar actividad física, ya que también ayudará a controlar el peso y prevenir enfermedades.
Los expertos recomiendan practicar por lo menos 30 minutos de actividad física diaria, y, a medida que adquiramos más fuerza, aumentar el tiempo.