La prevalencia de sobrepeso y obesidad ha incrementado desde hace más de 50 años, alcanzando aproximadamente un 75.2% (39.1% sobrepeso, 36.1% obesidad) de la población mexicana en la actualidad.
Esta enfermedad constituye, además, un factor de riesgo importante para el desarrollo de otras enfermedades crónico-degenerativas, entre las cuales se encuentra la Diabetes Mellitus Tipo 2 (10.3%), hipertensión arterial sistémica (18.4%), y alteraciones del colesterol y triglicéridos (19.5%). La presencia de al menos 3 de estas condiciones se llama síndrome metabólico. Estos datos epidemiológicos de la población en México nos hablan de una falta importante de cuidados preventivos, dejando vulnerable a esta población ante las posibles complicaciones de estas enfermedades, así como ante enfermedades infectocontagiosas como es la actual situación de la pandemia por coronavirus.
Desde los primeros estudios realizados a escala mundial para estudiar las complicaciones del coronavirus se ha visto que la mayoría de los casos que ameritan hospitalización y cuidados intensivos son casos en los que ya existían comorbilidades previas a la infección. Las comorbilidades más comúnmente registradas en estos estudios fueron hipertensión, obesidad, enfermedad pulmonar crónica, diabetes mellitus y enfermedad cardiovascular. Esto puede deberse a varios factores; la inflamación crónica ligada a la obesidad puede desencadenar tormentas de citocinas inflamatorias difíciles de detener, sobre todo cuando se agrega una infección. Además, enfermedades como la diabetes están ligadas a un estado de inmunocompromiso que predispone a infecciones. Estas comorbilidades, también se asocian a mayor predisposición para la formación de trombos (coágulos), situación que también se exacerba con la infección por coronavirus. A partir de estos datos, las asociaciones de estas enfermedades comenzaron a emitir ciertas recomendaciones para que los pacientes y sus médicos de cabecera puedan tener un adecuado manejo de estas condiciones y así evitar dentro de lo posible un desenlace indeseado si llegaran a contraer la enfermedad temida de la pandemia.
Parece ser, que la mejor recomendación en la que los médicos concuerdan es que lo más importante es mantener un buen estado de salud en general en la medida que sea posible para que el cuerpo esté en las mejores condiciones para combatir cualquier patología, ya sea coronavirus o no. Esto significa que, los pacientes con enfermedades previas no deben entrar en pánico, sino tomar todas las medidas que generalmente recomiendan sus médicos y verdaderamente comprometerse a realizarlas. Esto incluye, cuidar hábitos de alimentación (aumentar consumo de verduras, disminuir grasas y carbohidratos, cuidar las porciones y cuidar sobre todo el balance), realizar actividad física de forma regular (al menos caminar 30 minutos todos los días, usar cubrebocas si es en la calle donde podemos tener contacto con otras personas), no dejar de lado la vitamina D (es cierto que debemos salir lo menos posible pero unos 10 minutos de exposición a luz natural al día son buenos para el cuerpo), no descuidar las indicaciones farmacológicas de sus médicos (con toda la información que sale diario sobre el coronavirus, muchas personas no saben cómo proceder en cuanto a medicamentos, es importante resaltar que NO debemos automedicarnos, aun cuando estudios que leamos digan que un medicamento es bueno u otro no, hoy más que nunca no hay que realizar cambios repentinos a un tratamiento si es que éste está funcionando).
Frydman TD, Atkinson-Ginsburgb NM, Alpízar-Salazar M (2020) When two pandemics meet. Endocrinol Diabetes Metab J Volume 4(2): 1-3.